De esas cuerdas, directo a mis oídos atentos
su música me lleva de la mano a las nubes,
donde las notas danzan rítmicamente alrededor
en la armonía suave del Universo,
sonriendo plácidas a mi asombro.
En éxtasis ante su vital hermosura,
la sublime melodía
me eleva de a poco en tarareos
a la serenidad de su magia.
¿Ahora quién me enseñara a cantar?
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lunes, septiembre 05, 2005
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