jueves, septiembre 08, 2005

La Herida

El oprobio
ha marcado el resentimiento
con letras hondas e imborrables.

Es el maldito rastro que nos frena,
que mató las ilusiones,
los proyectos
hasta las ganas de amar.

La sangre escarchada en las venas
por el hielo que impuso el pesar,
ha dejado
bajo la fortaleza construida,
cicatrices que con disimulo
se escabullen,
quemantes y dolorosas
por todo el cuerpo,
el que se remece y lucha
por sacudirse el invierno de encima
sin remedio.

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