jueves, julio 27, 2006

Al Borde del Abismo

En mí, una rabia que no entiendo
o tal vez si,
quizás demasiado conocida.
Estoy destinada a sentir
que me torno cada vez más invisible.
Ya no quiero seguir mendigando cariño,
sé que no valgo tan poco
aunque opines lo contrario.

Crees que puedes aún manejar mis pasos,
como si alguna vez lo hubieses hecho,
es como si no te dieras cuenta
que mi alma es y siempre ha sido libre,
indómita a tu afán de someterme a tus caprichos
risueña, ante tus tontas órdenes y exigencias.

Hoy me miras con una ternura
que siempre anhelé ver
y que discretamente amenaza con alcanzar otros afectos,
mas sé que el momento es tristemente efímero, mediocre
la vaguedad de un recuerdo
una vez que te despidas, me des la espalda y te alejes
y no es suficiente
para mí...

...Para mí,
que no le temo a los riesgos,
al apostar o al perder,
que acostumbro caminar al borde del abismo
donde se nubla mi razón,
que busco en la vehemencia de las grandes olas
y en la fuerza de la brisa que roza mi cara
toda la intensidad del Universo...

Quisiera poder encontrar
todas las respuestas
en todas y cada una de las cosas.

Esta obsesión
por adivinar el secreto originario,
que sea capaz de explicarme
la esencia de todo aquello que me importa,
-incluyéndote-
no hace sino revivir
una y mil veces
la angustia de mi carácter siempre impetuoso...
y nada es suficiente…
para mí.

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