Muero en estas líneas,
en estos versos híbridos,
casi inertes,
sangre y lágrimas se mezclan
en el oscuro néctar que roza mis labios.
Observo con desprecio estos último instantes,
todo aquello que evoque vida
todo se me escapa de las manos
todo se me va en un suspiro,
inevitable,
el final es amargo en mi garganta desgarrada
el cansancio ha vencido.
Hace cuánto que agonizo...
ya no recuerdo,
la cercanía de la muerte me presta su arrogancia
para ocultar el dolor,
de mi yo destrozado.
No me salves
que no busco a qué aferrarme.
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viernes, diciembre 08, 2006
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