viernes, diciembre 08, 2006

Quizás, la Luna

Quizás, en las orillas
en que revientan mis mares imaginarios
reposen calmos los sollozos,
los sollozos y los ruegos,
humildes y suplicantes,
como mi nombre desdibujado ya
en la humedad de la arena.

Quizás, en ese mar
habite alguna de estas noches, la luna
la luna pensativa y entregada
a un mundo entero que la observa
señalándola con el dedo
invariablemente acusador,
como la dulce maldición de los que mueren solos.

Quizás, el morir solos,
en el mutismo más absoluto
sea el momento más humano de toda nuestra humanidad
con el reconfortante dulce consuelo de la bella luna,
que con sus ojos de madre
nos acoge en sollozos rogando,
humildes y suplicantes
de rodillas en la orilla del mar.

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